La plataforma Garoñaren kontrako Foroa, , queremos denunciar los intentos de reabrir la Central Nuclear de Garoña, ante las nuevas informaciones sobre la ampliación de capital de su propietario Nuclenor (Iberdrola y Endesa) y las reuniones mantenidas entre éste, el CSN y el gobierno. Garoña ya cuenta con una ley hecha a su medida (la reforma del Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas, RINR, de febrero de 2014) y la exención del pago del impuesto al combustible nuclear que se le concedió en septiembre de 2013 (con lo que el Estado le regala 150 millones de euros).
La mayoría social y política de Euskal Herria llevamos denunciando durante años el mal estado de esta central y exigiendo su cierre. Más aún una vez que se prolongó su actividad, pese a haber superado su vida prevista, para después mantenernos en vilo sin desmantelarla. YA son tres años desde que quedara paralizada y dos desde que está en cese de actividad. En total, ha alcanzado los 43 años. El supuesto gasto millonario en reparaciones no garantizaría la seguridad de una central obsoleta y llena de grietas.
Además desconocemos si se han ejecutado las reformas imprescindibles y exigidas para su reapertura (grietas del barrilete, barras de penetración, manguitos, problemas de corrosión intragranular, del circuito y tuberías de la torre de refrigeración) así como a cuánto ha ascendido todo ello. Todos estos problemas vienen a agravar la situación de una central cuya fecha de caducidad ya está superada y cuya tecnología está caduca y obsoleta.
El coste, que finalmente será repercutido a las y los usuarios, también nos parece exagerado, especialmente cuando llevamos tanto dinero dilapidado en la energía nuclear (estos días ha trascendido también que la moratoria nuclear costó a las y los consumidores 5.717 millones de euros). El sector energético está sobredimensionado, habida cuenta de que muchas de las nuevas centrales de ciclo combinado se ven abocadas a cerrar o a no producir. La situación se ve agravada con el descarado bloqueo de toda la producción fotovoltaica y eólica. En ese contexto, nos parece innecesario intentar reformar y reenchufar Garoña y una grave irresponsabilidad, conociendo su precario estado.
Las reparaciones no despejan la incertidumbre en una central tan antigua. Nuevas averías podrían producir la paralización de la planta o incluso un accidente, con escape radiactivo incluido. El accidente de Fukushima, cuyo reactor número 1 es idéntico al de Garoña, ha puesto a las claras el riesgo de jugar con la energía nuclear.
Garoñaren kontrako foroa, Ekologistak Martxan y Gure Energia reclaman que no se conceda a Garoña el permiso para seguir funcionando y que se proceda al cierre definitivo de la central. No es justo que se someta a la ciudadanía, a las comarcas cercanas y a los trabajadores a esta enorme incertidumbre, a falsas ilusiones y, sobre todo, a tanto riesgo. Este coste, tanto desde el punto de vista económico como social, en riesgo para la salud y el medio ambiente de las generaciones actuales y futuras, como en recursos empleados, es inasumible. Estamos a las puertas del colapso civilizatorio, climático y de recursos, y, en este contexto, deberíamos invertir en la transición a un modelo energético de energías renovables, limpias y duraderas, así como en la creación de riqueza sostenible para la región en lugar de invertir en una energía antigua, cara, peligrosa y contaminante como la nuclear.